Junio 16 de 2024 – Diario El Tiempo
Colombia entera está unida alrededor de un objetivo en común: la reactivación económica. Gobierno, academia, gremios, organizaciones sociales, políticas y de la economía popular estamos de acuerdo en la importancia de avanzar en una senda de crecimiento que se acerque al PIB potencial de la economía nacional y, con esto, cumpla las metas de reducción de la pobreza y la construcción de una sociedad más justa, contribuyendo al desarrollo económico y social tanto nacional como territorial. La manzana de la discordia hoy es cómo lo debemos hacer, realidad que ven con mucha claridad los economistas líderes del mundo, contemplando que “responder a los crecientes desafíos que enfrenta el mundo requiere más que un simple aumento de la tasa de crecimiento”.
2024 se avizora como un año clave para la reactivación económica de Colombia, esto ya se ve reflejado en las perspectivas de crecimiento del Banco Mundial: de 28 países, se prevé una desaceleración en 2024 de 19 de ellos y solo se proyecta incremento de la tasa de crecimiento de 7 países, entre ellos Colombia, que pasaría de una tasa de 0,6 % en 2023 a una proyección de 1,3 % en 2024.
La discusión sobre cómo debe ser la reactivación económica a la par de los desafíos sociales y ambientales del siglo XXI nos deja claro que no puede estar basada en una economía rentista. La diversificación de la matriz productiva es el primer camino, donde los sectores que más generen empleo y valor agregado serán los de mayor peso en la economía nacional. No podemos volver a los errores del pasado y recaer en una reprimarización de la estructura exportadora, nuestra relación con la economía mundial no debe caracterizarse por la dependencia de productos básicos (rasgo que ha sido particular de América Latina), lo cual aumenta la vulnerabilidad a situaciones como la enfermedad holandesa.
Colombia da pasos hacia una reactivación económica no rentista. En el primer trimestre del año, pese a un dato de crecimiento por debajo del promedio regional, hay cifras que muestran resultados positivos: agricultura, uno de los 12 sectores económicos, creció 5,5 %, un dato muy importante, ya que es el sector más intensivo en empleo en Colombia.
Nuestra relación con el mundo también se está transformando: las exportaciones en bienes y servicios diferentes al sector minero en agosto de 2022, cuando llegó el Gobierno del Cambio, representaron el 48 % del total de las exportaciones, mientras que en abril de 2024 representaron el 51 %. En lo referente a la inversión extranjera directa: mientras en agosto de 2022 la IED en otros sectores diferentes a petróleo y minería representaba el 33 % del total de IED, en abril de 2024 representó el 47 %.
A su vez, la gran apuesta de mostrar a Colombia como referente turístico para el disfrute de la naturaleza, la cultura, la gastronomía y la historia, bajo el lema ‘Colombia, el país de la belleza’, permitió que el valor agregado del turismo en la economía fuese de 33,2 billones de pesos en 2023, el más alto desde 2015 y que significó un aumento del 12,8 % respecto a 2022 y del 31,4 % frente a 2019.
El agro y el turismo, así como la infraestructura y la industria, son claves. Este gobierno apuesta por convertirlas en las locomotoras de la producción, como las denominó el presidente Petro en la clausura de la Convención Bancaria. Colombia va por buen camino al designar como jalonadores del desarrollo económico y social los sectores de mayor generación de valor agregado, garantizando la inserción del país en las dinámicas de las economías más prósperas. Estamos sentando las bases de un crecimiento económico estructural, sostenible e inclusivo. La reactivación económica debe ser un Acuerdo Nacional para sacar adelante el país, como resultado de un esfuerzo conjunto entre el sector público, el privado y la sociedad civil.
DAVID RACERO
Representante a la Cámara por Bogotá